Las cámaras de hoy en días nos permiten cambiar la sensibilidad por medio de sus menús. ¿Pero a qué nos referimos cuando decimos “sensibilidad”? No, no podrás lograr que la cámara se emocione con tus fotos. Pero sí le podrás ajustar su forma de actuar con la luz, en cierta manera regular las “ganas” con las que absorbe la luz existente.
En analógico, cada película tiene sus propias características químicas que le confieren una determinada sensibilidad. Como es lógico, durante el uso de una misma película se trabaja con la limitación de una única sensibilidad. No como en digital que, para cada foto, podemos asignar una, la más adecuada a las circunstancias.
Pensemos en el sensor. Sin lugar a dudas es una de las piezas más delicadas y complejas de nuestra cámara. El de una cámara réflex habitual mide alrededor de 23.6 × 15.8 mm, los de las cámaras compactas son mucho más pequeños. En tan poquita superficie contienen millones de microscópicas células sensibles a la luz, los píxeles.
Imaginemos que cada uno de ellos funciona como un cubo que se puede llenar de luz. Eso ocurre cada vez que pulsamos el disparador; cada uno de esos cubos se llena de luz, pues cuando disparamos se abre el obturador y la luz circula a través de la lente directamente hacia el sensor durante el tiempo que el obturador deja el paso abierto.
En el sensor, los cubos “se llenan” de luz. La imagen se procesa y se graba en la tarjeta de memoria. Todo en décimas de segundo.
Si analizamos la cantidad de luz en los “cubos” del sensor, veremos que cada uno de ellos contiene una cantidad determinada. Unos han quedado llenos, otros medio llenos y otros vacíos. Esto significa que algunas partes de la imagen están sobreexpuestas, otras bien expuestas y otras subexpuestas.
Intentemos ahora sacar otra foto, pero con poca luz y volvamos a analizar los cubos. Veremos que ninguno de ellos se ha llenado en la pequeña fracción de tiempo que hemos empleado en la exposición. Casi todos han quedado a medio llenar (o a medio vaciar, si eres pesimista).
Utilizamos el ISO para decirle a la cámara que los cubos se deben esforzar para absorber el doble, el triple o más luz durante las exposiciones. Independientemente de cuánto dure la exposición. Es por ello que, sobre todo en fotografía analógica, uno se puede referir a la sensibilidad de la película como “velocidad”. Por ejemplo, una película de 400ISO es más rápida que una 50ISO, porque en el mismo tiempo capta mucha más luz. Como es lógico, en función del tipo de fotografía y las circunstancias de luz se escogerá una “velocidad” u otra.
Por tanto, cambiar el ISO implica cambiar la sensibilidad de la cámara ante la luz. Con el ISO alto la cámara será muy sensible a la luz y para una exposición correcta necesitará menos tiempo, aun cuando las condiciones de luz sean difíciles. Con el ISO bajo necesitaremos más tiempo para lograr una exposición correcta.
Generalmente, aunque varía según los modelos, las cámaras suelen moverse en un rango que va de ISO 100 a los 1600 en cualquier réflex normal. El único problema que entraña el uso de ISO’s altos es que añaden ruido a nuestra foto…
CONCEPTO DE RUIDO
A medida que subes el ISO crecerá el ruido que recoja tu fotografía. Es fácil entender el concepto de ruido si pensamos en términos de sonido. Imagina que tienes un equipo de música al que no le está entrando señal de algún tipo. Aunque no se reproduce absolutamente nada en él, subimos el volumen del amplificador. Percibimos un ruido molesto, ¿verdad? Lo mismo ocurre cuando amplificamos la entrada de luz en nuestra cámara subiendo el ISO.
RELACIÓN ENTRE ISO Y RUIDO
El ISO tiene relación directa con el ruido de una imagen. Si subes el ISO a niveles altos se notarán granos gordos en tu imagen. Que a un determinado nivel de ISO se note más o menos el ruido depende de la calidad del sensor. Normalmente, en las cámaras de alta gama y profesionales, a niveles de ISO altos, pese a ser perceptibles, se notan menos que en las cámaras para aficionados.
En cualquier caso, cuando queramos lograr la mayor nitidez en nuestras fotografías es recomendable usar la sensibilidad más baja disponible, aunque haya que emplear un trípode o una bean bag para que la exposición sea la correcta. Esto es, el valor de ISO más bajo.
A TENER EN CUENTA...
En ocasiones puede que te encuentres con que los bordes de los objetos que aparecen en las zonas de alto contraste de la imagen tienen color. No tiene porque ser un problema de las lentes, aunque se lo solemos achacar a las aberraciones cromáticas que puedan producir. No es así, para solucionarlo prueba a subir un paso de ISO, verás que desaparecen.
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