Comentábamos en nuestra anterior entrega del curso de fotografía que aprender bien cómo funcionan la cámara y el exposímetro nos ayudará a conseguir siempre lo que queremos.
Es importante que sepamos hasta dónde los razonamientos a los que llegan las máquinas son fiables y, sobre todo, en qué momento debemos dejar los automatismos a un lado, tomar la iniciativa y guiar nosotros el proceso para lograr exactamente lo que buscamos.
Pensemos que los fotómetros de las cámaras miden la luz reflejada, asumiendo que, más o menos todo en el mundo refleja un 18 por ciento de la luz que recibe. Esto, en cierto modo, aunque no es cierto, es bastante adecuado en términos de medición.
Repasemos ahora algunos casos prototípicos en los que la medición de la cámara no será correcta. Para lograr una buena exposición tendremos que aplicar la lógica y exponer en consecuencia a lo que vamos a aprender.
LA NIEVE
La nieve refleja un 36 por ciento de la luz que recibe. Esto es el doble de lo que el fotómetro espera que cualquier objeto refleje, un 18 por ciento. El fotómetro asume esto como que tiene delante algo excesivamente brillante, por lo que sugiere un tiempo de exposición corto para no quemarlo.
Si le hacemos caso al fotómetro la imagen resultará subexpuesta, por lo que tendremos que añadir a la lectura del fotómetro un diafragma adicional y lograr una toma bien expuesta.
Esta forma de proceder no sólo se aplica a la nieve, sino también a todos los objetos blancos como paredes, vestidos, etc.
OBJETOS NEGROS
Ocurre justo lo contrario con los objetos negros. Un gato negro dará una medición errónea. Refleja un 9 por ciento de la luz que recibe, mientras que el fotómetro de la cámara asume que se trata de un objeto muy oscuro reflejando 18 por ciento de la luz recibida.
Partiendo del planteamiento anterior, la cámara sugerirá un tiempo de exposición demasiado lento, para que ese objeto “tan” oscuro se vea bien, resultando una imagen sobreexpuesta.
Para corregir la medición errónea de la cámara deberemos restar a la sugerencia del fotómetro un diafragma. Cerrándolo más lograremos evitar esa sobreexposición.
La Luna
Cuando intentamos fotografiar la luna, sin duda, se produce uno de esos casos en los que no debemos hacerle caso a la medición de la cámara. En el mes de enero hablábamos acerca de cómo hacer fotos de la luna.
CONCLUSIONES
La medición es una guía, la mayor parte de las veces muy fiable, de lo que tenemos frente a nosotros, pero no se trata de algo infalible o que tenga que ser seguido sin rechistar. Aprended a evaluar lo que tenéis frente a vosotros y a detectar los casos en los que la cámara se va a equivocar.
No descartéis utilizar la cámara, simplemente, como fotómetro e investigar con ella cuánta luz hay en las diferentes zonas del cuadro para luego elegir por vosotros mismos unos valores para la exposición.
Podéis elegir los parámetros con los que váis a realizar la exposición promediando las distintas lecturas que el fotómetro os ha dado en las diferentes zonas de la foto. Otra opción es elegir unos parámetros buenos para la luz de una zona del cuadro siendo conscientes de que sólo son adecuados para esa zona que es la única que os importa que salga bien. Dependeriendo de las situaciones actuaremos de una manera.
Tened siempre en cuenta que se supone que, como media, entre las zonas más luminosas y las más oscuras de una buena foto sólo debe haber una diferencia de dos pasos de diafragma.
Si estamos inseguros de en qué parte del cuadro debemos medir, es el momento de aprovechar la ventaja de la fotografía digital y tomar diferentes fotos con distintos parámetros de diafragma, por encima y por debajo de lo que lo que creamos que sería correcto, por ejemplo, para poder ver cómo afecta.
Cuando sea posible, es recomendable tratar de medir sobre zonas de la foto que sean de un gris neutro. Si no hay grises neutros a la vista, trataremos de medir incluyendo en el cuadro el mayor número de colores posible. Conseguiremos unas lecturas más precisas.
Si estamos haciendo fotos del cielo, nunca midamos en el suelo, casi siempre es varios diafragmas más oscuro que el cielo y quemaremos este último. Por el contrario, si vamos a fotografiar el suelo, evitemos medir en el cielo o lo dejaremos muy oscuro.
¿Cómo se enfrenta uno a las situaciones en las que la diferencia entre zonas luminosas y de sombras es mayor? Filtros ND, horquillado de la exposición, etc. Poco a poco iremos aprendiendo todas estas cosas.
Una última cosa, partiendo de lo que hemos aprendido os propongo un experimento que os ayudará a lograr dominar no sólo la medición, sino también la exposición. Poned la cámara en manual y, simplemente, con el exposímetro y el fotómetro de la cámara tratad de exponer con corrección.
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